23 septiembre, 2011

Se enredaron nuestras miradas.

Se trata de reir sin darte cuenta, de soñar despierta y no acordarte después. De jugar con fuego, quemarte, y aun así reir, porque es lo único que puedes hacer. Esa sonrisa que se convierte en carcajada en menos de un segundo, y que más tarde, llegará a formar parte de esos momentos irrepetibles que componen tu felicidad.

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