19 junio, 2011

Demasiado cariño por regalar...

Hoy buscando entre mis cosas encontré mi peluche, con el que dormía cuando era pequeña y allí estaba con un poco menos de color y con las marcas de unos dedos diminutos. Y me pregunto, ¿Cuando dejamos de ser pequeños, cuando olvidamos todo el cariño que regalábamos sin pedir nada? Antes no había rencores y si los había duraban un recreo, ¿donde esta la inocencia? ¿A donde se fue? Echo de menos la falta de sinceridad y de paciencia que tiene el mundo, si fuéramos un poco mas niños, todos seriamos mas felices. No empeñamos en que madurar es encerrar bajo llave al niño que tenemos dentro, pero no, madurar no es eso, madurar es enseñarle a ese niño valores, y que debe luchar por ellos y enseñarle que para luchar por esas ideas se debe crecer, sin olvidar que la libertad esta por encima de todo, sin olvidar que la vida es algo que no hay que desperdiciar, y sin olvidar que el amor, el cariño y la amistad son cosas que nunca hay que encerrar bajo llave.

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