18 septiembre, 2012

Eso es todo, y no hay mucho más que decir. Ser feliz estuvo de puta madre.

Tuve el amor en mi mano, lo acaricié, lo arropé de noche
y de buenos días, me dio de comer en sus brazos
y en sus pechos me abanicó los latidos
y quitó miedos, nos besamos como con osadía y refugios,
haciendo una bóveda de deseos en cada equipaje,
construyendo desde la piel el hogar y el orgasmo,
bebiendo a morro la saliva de sueños tras el calor y los alambiques.
                                                                                                             E. Algeet

No hay comentarios:

Publicar un comentario