11 marzo, 2012

El Cementerio de los Libros Olvidados

Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el  Cementerio de los Libros Olvidados . Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.

-Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie -advirtió mi padre-. Ni a tu amigo Tomás. A nadie.
-¿Ni siquiera a mamá? -inquirí yo, a media voz.
Mi padre suspiró, amparado en aquella sonrisa triste que le perseguía como una sombra por la vida.
-Claro que sí -respondió cabizbajo-. Con ella no tenemos secretos. A ella puedes contárselo todo.
Poco después de la guerra civil, un brote de cólera se había llevado a mi madre. La enterramos en Montjuïc el día de mi cuarto cumpleaños. Sólo recuerdo que llovió todo el día y toda la noche, y que cuando le pregunté a mi padre si el cielo lloraba le faltó la voz para responderme.

1 comentario:

  1. Me encanta tu blog, sobre todo esta entrada ya que hace poco me leí "La sombra del viento" y con diferencia es uno de mis libros favoritos. Y por supuesto, te sigo. Un saludo (:

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