Que mi casa esta a la derecha de la estrella polar, haciendo esquina con su sonrisa y su mirada. Allí donde no existe nada mas que toda su magia. Guardo en la cocina, al lado de los macarrones, un frasco con todas esas sonrisitas que se me escapan por su culpa, para regalárselas un día, todos los días. Para dárselas cuando las necesite o solamente cuando le apetezcan. Y en el paragüero, todos los te quiero los que nos dijimos, los que nos guardamos y los que nos quedan por decir. Guardo entre letras y libros todos los momentos, los mezclo con palabras. Que en el salón, en el tocadiscos que no funciona suenan las canciones que me recuerdan a ella. Y en el espejo se ve el reflejo de su mirada. Y están sus ojos en cada fotografía que anda perdida en el pasillo. Y entre las flores del balcón están todas y cada una de sus palabras. Y ella que esta en cada rincón incluso cuando no esta, por que nunca se ha ido.
Puede que este un poco desordenado todo, espero que no importe, pero quédate a dormir, no te preocupes por el desayuno, ni por el de hoy ni por el de los mil siguientes, yo lo preparo. Yo te lo llevo a la cama, con cada uno de los recuerdos, con cada sonrisa y con cada beso, al lado de las tostadas. No te preocupes por llegar tarde, estaré esperando.
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