17 mayo, 2011

Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar.

Los pasos despistados, la música callando las voces de su cabeza, y los recuerdos en los bolsillos. El cielo hace destacar el punto mas alto de París. La torre Eiffel. Un río de gente emocionada corre hacia allí, pero el peso de los recuerdos, frena el paso. Y poco a poco, con el alma a los pies, llega. Y allí esta, con toda su inmensidad, con todo su brillo. Y la cola es mas enorme aun, todo el mundo quiere llegar al sitio donde tocar el cielo es cosa de estirar la mano. Y mientras la ciudad de París se aleja, y se hace pequeña, el viaje llega a su fin. Y estiró la mano para tocar el cielo, para tocar la felicidad, pero esta se escapa entre sus dedos y acaba en los bolsillos mezclandose con los recuerdos. Recuerdos que no son mas que su sonrisa, no son mas que su olor, que su voz, que su risa...Pero son suficientes. Y allí, en el punto mas alto de París, con el mundo a sus pies, se dio cuenta de que no lo quería sin ella.

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