18 diciembre, 2010

¿Quien si no?

¿Para que negarlo? Se dijo. Si, era cierto que el corazón le daba mil vueltas cada vez que el teléfono sonaba, porque aunque no fuese probable que fuera ella, ¿Quien sabe si es o no ella?. Le encantaba oír su voz por teléfono, le encantaba que le contara mil cosas, la mayoría absurdas, pero ¿que importaba?, eran sus cosas. ¿Par que negarlo? La echa de menos, pero nunca se lo dirá. ¿Para que negarlo? La quiere pero no se lo reconocera.

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