A veces la vida va demasiado rápido, tanto que me gustaría parar el mundo para bajarme, y desde fuera ver como avanza todo y no verme en ese remolino, de amor, amistad, problemas, sonrisas y miradas. Verlo todo, sin sentir nada, sin tener que pensar, tomar decisiones... Tomarse las cosas con calma, dar un paseo sin rumbo fijo, sentarte en el suelo y ver pasar nubes, contar estrellas. Y mas tarde volver y subirte otra vez. Despues, vivir.
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