Te extraño cuando llega la noche pero te odio de día.
Eres un ángel maldito, eres la dama más cruel. Un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder, tu me estás atrapando otra vez. Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no, y ahora tengo que esconder las heridas. Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario