Tengo a dieta los sentimientos, evitando momentos de desilusión.
No me importa el número de días que tenga que esperar para abrazarte, estaré aquí cuando vuelvas. Esperaré a que vengas en un día de sol como hoy y me traigas la lluvia. Acumularé los besos y te los daré en una caja sonriente, como la del despertador de "buenos días a todas horas".
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